Sangre que saboreaba
de sus labios.
Al rozarlo, al besarlo
porque es vital, y sangra
y fluye.
Como el corazón.
Como su corazón.
Corazón que en ese momento
no le pertenecía a ella,
sino a ellas.
Sangre en sus manos
pálidas,
y en sus dedos
manchados,
y en sus uñas.
Uñas que sobre su espalda,
sangran.
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